La madera, si bien es combustible, no es inflamable. Debido a su estructura celular y su muy baja conductividad térmica, resiste el desarrollo del fuego, esto es debido a que alrededor de los 300°C la madera se inflama y comienza a carbonizarse superficialmente, esta capa de carbón limita la penetración del calor y el oxígeno a las capas inferiores, frenando la velocidad de combustión.